miércoles, 17 de junio de 2009

Aprovechando el éxito de las tiendas pop-up, emergen las exposiciones pop-up.

Más allá de incorporar el formato de una galería de arte y exponer sus productos como si fuesen obras de arte, los retailers están cediendo espacio a exposiciones de verdaderos proyectos de arte. Sin duda, el mercado de Retail es uno de los más innovadores.

No habrá sido fácil apostar por la estrategia de “vivir una experiencia” en lugar de la de “ir de compras”, cuando la finalidad última de los retailers es obtener objetivos. Pero ahí están los centros comerciales, que más que un local para ir a comprar se están posicionando como un sitio para vivir algo nuevo y diferente.

Quizás por esta razón, L´illa Diagonal ha montado una estructura en el medio de sus pasillos para recibir exposiciones pop-up: un espacio para que los usuarios del punto de venta vivan una experiencia con el mundo de las artes.

Ayer, "paseando" por ese centro comercial, me he visto dedicando algunos buenos minutos en conocer proyectos de arte contemporánea de 27 jóvenes artistas. “Acércate al arte en un entorno fresco y cercano!”, es la invitación del centro.

Aunque en Brasil esa práctica de hacer exposiciones de arte en centros comerciales es algo bastante común, vi interesante identificarlo en Barcelona.

martes, 16 de junio de 2009

Impresionante!! Increíble!! Simply the best!!

Navegando por el mundo virtual de los blogs, he encontrado una fuente de inspiración que comprueba que si podemos hacer algo innovador; que en el mundo tan saturado y canibalizado de las marcas, aún es posible pensar algo diferente y crear nuevas tendencias en el mundo del marketing y del branding.

La agencia creativa TheMysteryPartner.com hizo una recopilación de lo último en marketing de guerrilla, publicidad en revistas y publicidad exterior y nos presenta un video que nos llena de ilusión…


Coolhunting es cosa del pasado

Insistentemente, se tiende a asociar el coolhunting a una práctica de investigación de tendencias, casi exclusivamente, asociadas a la moda o al mundo fashion. No muy satisfecha con esa asimilación, he ido en búsqueda de teorías que me hiciera sentir una coolhunting por identificación.

Ya que a la moda no puedo aceptarla simplemente como una práctica efímera de vestirse que cambia en cada colección y a criterio de los caprichos de los diseñadores, necesitaba encontrar una definición que me permitiese seguir creyendo que las tendencias van más allá que las estaciones del año, por ejemplo.

“La futurología despegó en los años cuarenta patrocinada por los think tank (grupos de estrategas y planificadores) dedicados a observar tendencias y a investigar en el desarrollo de escenarios. Dado que las empresas también están interesadas en cómo los acontecimientos futuros pueden afectar a sus perspectivas económicas, los futuristas pronto pasaron a prestar servicio a los intereses militares a incorporarse a las grandes corporaciones.

Poco después, los futuristas dejaron de hacer sólo predicciones para los negocios y comenzaron a pronosticar tendencias que permitieron cosechar grandes ganancias corporativas y, de paso, buscar la rentabilidad para ellos mismos (…) Los futuristas, de forma insólita, se asemejaban a los marxistas rusos, que también concebían la historia como inevitable conforme a su idea de futuro.

Los futuristas, pese a sus diferencias de segundo orden, compartían dos objetivos. Uno era predecir el futuro desde el punto de vista de las grandes tendencias que afectarían a cuentos de millones de personas. El segundo era conseguir que estas tendencias fueran relevantes para los intereses empresariales. Estas corrientes debían se populares y a la vez lucrativas.” (Lee Siegel).

miércoles, 10 de junio de 2009

Adaptándose al cliente 2.0

Está claro que con el desarrollo de la comunicación 2.0, ya no tiene sentido el formato de las tradicionales tarjetas de visitas.

Los teléfonos comerciales, los móviles, las direcciones, los emails y los cargos ocupados deberían ceder lugar a nuestras cuentas en facebook, myspace, twitter, a nuestro blog personal y a nuestra localización a partir del link en google maps.

En Estados Unidos, según Joost Van Nispen (presidente del Instituto de Marketing Directo y Comercio Electrónico – ICEMD), los empresarios más cool ya han empezado a dar nuevo look a sus “etiquetas”.

Desde el otro lado del Atlántico, sigo la tendencia de nuestro amigo Tio Sam:

miércoles, 3 de junio de 2009

La arquitectura de los sabores

“Por los ojos entran los antojos” es un refrán popular que muchos debemos estar de acuerdo. Al final, cuántas veces nos hemos rendido a la tentación de devorar miles de calorías simplemente por la forma en la que se nos presentan ante los ojos?

Que el primero contacto que tenemos con la comida es visual (bueno, en algunos casos sí que estoy de acuerdo que es por el olfato, pero nos centremos en aquellos casos en que antes de olerlas, la vemos) no es ninguna novedad; pero la industria que se ha generado alrededor de la presentación de los alimentos, sí que nos puede causar curiosidad.

Y cuando hablo de la presentación de los alimentos no me refiero a los packaging ni mucho menos al merchandising. Me refiero a aquella sensación de mirar a una obra de arte o del “lo parece pero no es” cuando, por ejemplo, nos ponemos a leer el Periódico y nos damos cuenta que sus noticias saben a chocolate!

En un entorno de proliferación de los fast-food, cuando el tiempo destinado a alimentarnos es cada vez más escaso, la industria del food design parece querer que retrocedamos al Imperio Romano: cuando comer era casi un ritual. Y es que con lo que se nos ofrece a la vista, lo que realmente apetece es entregarnos a la experiencia del arte culinario más que simplemente saciar el estómago.

Con el objetivo de pillarnos por los ojos, ha nacido un nuevo concepto de cocinero: es el food designer; alguien que se dedica a transformar calorías, vitaminas, hierro, calcio, proteínas en un proyecto arquitectónico.

Ferrán Adrià, Escribà, Martí Guixé, Heston Blumenthal son ejemplos de esos artistas capaces de hacer que nuestros ojos anticipen nuestra sensación de hambre. Cada uno a su manera y con su especialidad, podemos decir que los arquitectos alimenticios nos ofrecen una experiencia diferente al comer.

periódico de chocolate by Escribà


Candy Glam Rings by Escribà

Espejo, espejito mío

El otro día me preguntaba si las personas saben la diferencia entre el “qué” y el “cómo”.

Cuando terminé la cerrera de periodista, no estaba segura que hubiese aprendido lo que realmente sería el día-a-día en un medio de comunicación, pero si me había quedado claro que cuando queremos contar algo a alguien, debemos construir nuestra “noticia” contestando:

¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿A Quién?

Sin embargo, me doy cuenta de que la mayoría de las personas invitadas a dar charlas en las escuelas de negocio no sabe muy bien diferenciar el “qué” y el “cómo” en sus discursos. Creo que cuando alguien es invitado a contar sobre su caso de éxito, lo que se está pidiendo es que este cuente “cómo” ha hecho que su caso tenga éxito y no “qué” ha hecho del éxito.

Lo “qué” ha hecho, así como el “porqué” (creo que estamos todos más o menos al tanto del entorno económico que nos rodea así como de la búsqueda de alternativas), se supone que ya lo sabemos todos; caso contrario, no sería invitado a exponerlo. Entretanto, “cómo” lo ha hecho es lo que todos queremos saber. Al final, el “cómo” se puede aplicar pero el “qué” sería imitar.

Creo que los “conferenciantes” están tan obsesionados en fomentar su narcisismo que se olvidan de decir lo que realmente han hecho de diferente. Porque, desde luego, lo que diferencia un caso de éxito es, más que el objetivo logrado, la estrategia diseñada para lograrlo. Ahí está la clave de diferenciación!

Empiezo a creer que con la tendencia que están siguiendo las escuelas de negocios y los meeting empresariales, más vale comprar una buena biografía de algún líder histórico; y mejor si es una no-autorizada, que supuestamente el grado de narcisismo si no inexistente, es mucho menor.